Lo que mancha es lo que sale de dentro (cf. Mc 7,1-8.14-15.21-23)
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Unos recién casados preparaban la comida, cuando la esposa cortó un filete por los cuatro costados. “¿Porqué lo cortas así?”, preguntó el marido. “No sé –respondió ella–. Así lo hacía mamá. Creo que es para darle sabor”. Más tarde, en casa de los suegros, el muchacho preguntó a la suegra cuál era la razón de ese corte. “No sé –contestó ella–. Así lo hacía mamá. Creo que es para darle sabor”. Al escuchar la respuesta, la abuela, que estaba ahí, exclamó: “¡No! Nada tenía que ver con el sabor. Lo hacía porque mi sartén era tan pequeña que no cabía el filete”.
Todos tenemos modelos de conducta que aprendemos de nuestros ambientes. El problema comienza cuando seguimos modelos equivocados, como sucedió a los fariseos y a los escribas, quienes, como advierte san Beda, interpretando en sentido material las palabras espirituales de los profetas , concluían que lo importante era estar limpios por fuera y no por dentro. Esto les llevaba a tomar un camino equivocado, que terminaría por perderlos para siempre.
Por eso Jesús, que enviado por el Padre ha venido para liberarnos del pecado que engendra el error y unirnos a él, que hace la vida por siempre feliz, aclara las cosas. Él, como señala el Papa, libra de los prejuicios . Movido por el amor, nos hace ver que nada de fuera puede mancharnos, sino lo que decidimos en el corazón.
Es de ahí de donde salen las intenciones malas, que luego se convierten en acciones: fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidias, difamación, orgullo y frivolidad. “Las actitudes exteriores –señala el Papa– son la consecuencia de lo que hemos decidido en el corazón y no al revés” .
Todo lo que decimos y hacemos es como una “radiografía” que muestra lo que hay en nosotros ¿Qué hay en aquél que para sentirse bien tiene que humillar, ofender y difamar? ¿Qué hay en quien necesita emborracharse, drogarse o ser violento? ¿Qué hay en quien engaña a quien prometió amor y fidelidad, y se divierte seduciendo sin importarle hacer trizas a una persona y destrozar un hogar? ¿Qué hay en quien es tramposo, corrupto, indiferente a los que le rodean y usa a los demás?
Dios, creador de todas las cosas, que nos quiere vivos para siempre, nos muestra el camino en sus mandamientos ¡Cumplámoslos!, como exhorta Moisés. ¡Pongámoslos en práctica!, como aconseja Santiago. Porque sólo siendo honrados, justos, sinceros y haciendo el bien, estaremos sanos de verdad, y seremos agradables a Dios eternamente .
Con la fuerza que él nos da a través de su Palabra, de sus sacramentos –especialmente la Eucaristía– y de la oración, mantengamos un corazón puro, libre de toda hipocresía, para que así seamos capaces de vivir según el espíritu de la ley y alcanzar su finalidad, que es el amor .
+Eugenio Lira Rugarcía
Obispo de Matamoros
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1.In Marcum, 2, 29.
2.Cf.Angelus Domingo 30 de agosto de 2015.
3.Ídem.
4.Cf.1ª Lectura:Dt 4,1-2.6-8.
5.Cf.2ª Lectura:St, 1, 17-18.21-22.27.
6.Cf.Sal 14.
7.Cf.FRANCISCO,Angelus,Domingo 30 de agosto de 2015.