Queridos hermanos:
Este año, el material para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2020 (del 18 al 25 de enero) lo han elaborado las Iglesias cristianas de Malta y de Gozo. Tomando en cuenta que cada 10 de febrero celebran la Fiesta del Naufragio de San Pablo y, con este evento, la evangelización de las islas, el lema y las reflexiones de este año tendrán como tema el viaje del Apóstol, prisionero y encadenado que se enfrentó a las tempestades en el mar. Prisioneros, marinos y soldados naufragaron y llegaron a una isla, donde los habitantes no hablaban su idioma, no compartían su cultura ni su religión, pero fueron recibidos con calidez, con alimentos y ropa seca, con “una solicitud poco común” (Hechos 28, 2).
Este pasaje en la vida de San Pablo nos recuerda escenas que vemos actualmente en los noticieros: migrantes que se enfrentan a tormentas, a mares embravecidos y llegan a países con otras culturas, otros idiomas y otras religiones, pero a diferencia de los habitantes de Malta son recibidos en muchas ocasiones con indiferencia, discriminación y rechazo; son secuestrados o explotados e, incluso, sometidos a trata de personas. ¿Es ésta la actitud de un cristiano?, ¿es esto lo que Dios espera de nosotros? El Papa Francisco denuncia con crudeza esta situación en su mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2019:
Las personas migrantes, refugiadas, desplazadas y las víctimas de la trata se han convertido en emblema de la exclusión porque, además de soportar dificultades por su misma condición, con frecuencia son objeto de juicios negativos, puesto que se las considera responsables de los males sociales. La actitud hacia ellas constituye una señal de alarma, que nos advierte de la decadencia moral a la que nos enfrentamos si seguimos dando espacio a la cultura del descarte.
En nuestro país, uno de los compromisos pastorales del Proyecto Global Pastoral (PGP) es identificar y acompañar a los grupos vulnerables de nuestra sociedad, los migrantes entre otros. Por esta razón, al concluir el VI Encuentro de Obispos de la Frontera Sur y Centroamérica, en el estado de Chiapas, los obispos exigieron un corredor migratorio digno y seguro que proteja a un gran número de familias migrantes.
Los materiales que ofrecemos para el octavario están preparados para orar por la unidad de los cristianos, pero una unidad que no excluya a nadie, que no olvide a nadie, en especial a los más desfavorecidos, a los mas débiles y, entre ellos, a los migrantes.
Para profundizar más sobre el tema de la unidad, incluimos los siguientes artículos del abad de Taizé, hermano Alois, sobre la reconciliación entre cristianos; el arzobispo ortodoxo Ignacio Samaán nos hablará sobre la unidad en Cristo; el padre Mario Ángel Flores, rector de la Universidad Pontificia de México, sobre la confianza en la Providencia y finalmente una mujer, Isabel Miranda, agente de pastoral ecuménica, nos describirá el trabajo ecuménico del Papa en este año.
Pido a Santa María de Guadalupe, Madre Nuestra, que en la unidad de nuestro Señor Jesucristo, no nos veamos como extranjeros, desconocidos o migrantes, sino como hermanos, unidos en torno a un mismo mandamiento: amarnos como él nos amó.
† Carlos Briseño Arch
Presidente de la Comisión Episcopal para el Diálogo Interreligioso y Comunión
Obispo de Veracruz
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