Mons. Joseph Spiteri, Nuncio Apostólico en México, invitado a nuestra Diócesis de Matamoros por Mons. Eugenio Lira, para bendecir las nuevas instalaciones de la Curia Diocesana, estará el día 20 de diciembre de 2023 en punto de las 4:00 pm en la ciudad de H. Matamoros, Tamaulipas.
“Es un privilegio tener al Sr. Nuncio para este acontecimiento, le agradecemos mucho su presencia” expresó Mons. Eugenio Lira, VI Obispo de la Diócesis de Matamoros, quien a su vez, en el contexto de la vida litúrgica de la iglesia, impulsa la posada binacional, de los presbiterios de Brownsville Texas y Matamoros, por la mañana del mismo día.
¿Qué es un Nuncio?
Se le denomina Nuncio al jefe de la misión diplomática (Nunciatura) de máximo rango de la Santa Sede; su categoría es idéntica a la de un embajador. Ordinariamente se trata de obispos con estudios en relaciones internacionales y trayectoria diplomática. El nuncio es designado por el Papa.
¿Qué importancia tiene un Nuncio?
Los países que mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede establecen correspondencia con el Estado Vaticano, pero también con la Iglesia Universal. Por esa razón, el protocolo demanda a los países referirse a un Nuncio como Su Excelencia Reverendísima y se le otorga el título de Decano como jefe de la misión apostólica del Santo Padre, el cual, en los países católicos, tiene precedencia sobre sus demás colegas acreditados para la misión.
Sobre la Curia Diocesana
La curia diocesana es el conjunto de personas y organismos que colaboran con el obispo en el gobierno de la diócesis y que, por su importancia y cercanía, forman con él “como una sola cosa”. La curia diocesana, con sus personas y organismos, está dentro de las instituciones de derecho positivo que la Iglesia juzga convenientes y necesarias para el mejor cumplimiento de su misión pastoral, que no excluye, por supuesto, lo administrativo, lo judicial y lo caritativo en el ejercicio de las obras de apostolado. La curia es una organización al servicio de la comunión eclesial y al servicio de cada uno de los fieles que son los sujetos de esta comunión. Este es su sentido propio y más profundo; lo que tiene de jurídico no ha de impedir en nada lo eclesial, al contrario, ha de apoyarlo firmemente a fin de que se impulse dentro de la Iglesia local una acción pastoral sólida y coordinada, de manera que se haga realidad el tan sabio y conocido principio canónico: “la salvación de las almas debe ser siempre la ley suprema en la Iglesia”