H. Matamoros. Mons. Ruy Rendón Leal, Obispo de Matamoros comparte su mensaje de Navidad para toda la comunidad.
A todos los Fieles laicos, Consagrados y Consagradas, Diáconos y Sacerdotes de la Diócesis de Matamoros.
Muy queridos hermanos y hermanas:
La Navidad, como bien sabemos, es la celebración anual del nacimiento del Hijo de Dios, de Jesús, el Dios hecho hombre, el Salvador del mundo. Es una fiesta litúrgica que la Iglesia católica tiene en su calendario y que comparte con todos los hombres y mujeres de buena voluntad que, sin ser miembros de ella, reconocen que el nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén es un acontecimiento que trasciende y amerita ser celebrado cada año.
Nosotros no estuvimos hace dos mil años contemplando tan gran prodigio, sin embargo, cuando participamos de la celebración litúrgica, tenemos la oportunidad de recordar este evento sucedido en el pasado y, a la vez, hacerlo presente, en el aquí y ahora, con la fuerza y la novedad que la acción salvífica de Dios tiene hoy y siempre.
El personaje central de la Navidad es Jesús el recién nacido, quien envuelto en pañales y recostado en un pesebre nos expresa, sin palabras, su inmenso amor al aceptar hacerse hombre por nosotros. Dios quiera que nuestras “fiestas navideñas” no estén vacías de la presencia del Niño Dios. Él es a quien estamos celebrando. Él es el motivo de nuestras alegrías y de nuestros encuentros en familia. Él es la esperanza que el mundo tiene para que el mañana sea mejor que el presente. ¡Invitemos a Jesús a nuestros festejos! No lo dejemos fuera de casa, fuera de nuestro corazón. Él es el invitado de honor; más aún, Él es quien nos invita a nosotros para compartirnos su paz y su amor.
Que en este Año de la Reflexión doctrinal y de la Misericordia, fortalezcamos, por una parte, nuestra fe en la persona de Jesucristo, “que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre…”; pero también, por otra parte, favorezcamos la cultura del encuentro sobre todo con las personas que pasan por alguna situación de necesidad o de sufrimiento.
Con mis mejores deseos para que en esta Navidad no falten en nuestras familias y comunidades: la fe, la alegría, la gracia, la paz, la unidad y la misericordia. AMÉN.
¡FELIZ NAVIDAD!
Dado en la Sede Episcopal de Nuestra Señora del Refugio de Pecadores, en H. Matamoros, Tamaulipas, a los 23 días del mes de diciembre de 2015, Año de la Reflexión Doctrinal, y de la Misericordia.
+ Ruy Rendón Leal
Obispo de Matamoros