Amigas y amigos:
En Navidad, Dios, que nos quiere mucho, viene a nosotros para liberarnos del pecado, del mal y de la muerte, darnos su Espíritu y hacernos hijos suyos, partícipes de su vida por siempre feliz que consiste en amar.
Recibámoslo. Sólo él puede sacarnos de la soledad, darle sentido a todo, incluso a las penas, y llenarnos de esperanza; esa esperanza que nos da fuerza para seguir adelante, dando lo mejor de nosotros.
Jesús mismo nos demuestra que sí se puede. Él, aunque al venir al mundo encontró cerradas muchas puertas, no se echó para atrás; aceptó nacer en una cueva, y desde ahí comenzó a llevar al universo a su salto evolutivo más importante y definitivo, con el poder del amor.
Como él, entrémosle a dar lo mejor de nosotros en casa, la escuela, el trabajo y nuestra sociedad. No permitamos que los problemas, las incomprensiones o las penas nos hagan echarnos para atrás.
Siendo comprensivos, justos, solidarios, pacientes, perdonando y pidiendo perdón, ayudaremos a que muchas cosas mejoren. Que la Virgen María y san José, que siguiendo el ejemplo de Jesús le echaron ganas, nos obtengan del Señor la valentía de hacerlo así ¡Feliz Navidad!
+Eugenio Andrés Lira Rugarcía
Obispo de Matamoros