Alzo mi voz a Dios para que me oiga. En mi angustia te busco, Señor mío.
Tú eres el Dios que realiza maravillas (Sal 76, 2.3. 14-15)
Al clero y a los fieles de la Diócesis de Matamoros:
Habiendo escuchado la petición de muchos fieles y después de consultar a nuestro presbiterio, delante de Dios he considerado oportuno decretar que el 3 de marzo, día de Nuestro Señor del Rescate, sea la Jornada Diocesana de Oración por los Desaparecidos.
Esta Jornada, como acordamos en Consejo Presbiteral y en reunión de Vicarios Episcopales y Decanos, puede desarrollarse de diversas maneras, según considere oportuno cada Párroco o Rector, teniendo en cuenta la realidad de su comunidad.
Así, podría ofrecerse una Misa especial por esta intención, o tenerla presente en todas las celebraciones, o convocar un momento de oración o de Adoración Eucarística, o rezar el Santo Rosario, o recitar al final de cada celebración la siguiente oración:
Padre, tú conoces nuestra tristeza y angustia por nuestros desaparecidos.
Te pedimos por ellos, donde quiera que estén.
Consuélalos, dales fortaleza y llénalos de esperanza.
Y si ya han fallecido, llévalos contigo para que tengan vida eterna.
Toca el corazón de los que provocan sufrimiento y muerte.
Ilumina a las autoridades.
Protégenos a nosotros, a nuestras familias y a nuestras comunidades.
Y por intercesión de Nuestra Madre de Guadalupe, ayúdanos a seguir adelante
y a construir juntos un México y un mundo mejor y en paz.
Amén.
Pido al Señor que, por intercesión de Nuestra Madre, Refugio de los pecadores, la Jornada Diocesana de Oración por los Desaparecidos haga que el presente, que parece un callejón sin salida y sin luz, quede iluminado por la fe en Dios y abierto a la esperanza (cf. Juan Pablo II, Meditación sobre el Salmo 76, Audiencia general, 13 de marzo de 2002).
+Eugenio Andrés Lira Rugarcía
Obispo de Matamoros