A todo el pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Matamoros ¡Gracia y paz!
La XXIV Jornada Mundial del Enfermo que celebramos en el marco de la festividad de Santa María, en su advocación de la Virgen de Lourdes, nos recuerda que ella, la madre de Jesús, está atenta siempre atenta a aquél que se encuentra en necesidad; en efecto, el Santo Padre, el Papa Francisco, en su mensaje para esta jornada, utilizando el texto de las Bodas de Caná (cf. Jn 2,1-11), comenta que “…María aparece como la mujer atenta que se da cuenta de un problema muy importante para los esposos: se ha acabado el vino, símbolo del gozo de la fiesta. María descubre la dificultad, en cierto sentido la hace suya y, con discreción, actúa rápidamente. No se limita a mirar, y menos aún se detiene a hacer juicios, sino que se dirige a Jesús y le presenta el problema tal como es: «No tienen vino» (Jn 2,3). Y cuando Jesús le hace presente que aún no ha llegado el momento para que Él se revele (cf. v. 4), dice a los sirvientes: «Hagan lo que Él les diga» (v. 5). Entonces Jesús realiza el milagro, transformando una gran cantidad de agua en vino, en un vino que aparece de inmediato como el mejor de toda la fiesta” (cf. Mensaje del Santo Padre Francisco para la XXIV Jornada Mundial del Enfermo 2016).
El III domingo del tiempo ordinario, celebrado hace algunas semanas, nos presentó, en la lectura evangélica (cf. Lc 1,1-4; 4,14-21), el itinerario ministerial que Jesús realizaría en el Pueblo de Israel: “El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor” (vv. 18-19), manifestando así que, en su actividad cotidiana, estaría la curación de aquellos que sufren por alguna enfermedad.
El tiempo de cuaresma que hemos iniciado, en el contexto del Año Santo de la Misericordia, nos llama a vivir de manera concreta las obras de misericordia que, sin duda alguna, darán frutos abundantes para quienes las ejerciten; visitar a los enfermos, es una de estas obras que nos hace atender las palabras de Jesús que resuenan en nuestro corazón: “estaba… enfermo, y me visitaste” (Mt 25,36b). De manera especial en este mes de febrero, en nuestra Iglesia diocesana, esta obra de misericordia debe ser parte habitual en nuestras ocupaciones cotidianas, manifestando que la misericordia del Señor quiere hacerse presente para que se muestre su gloria.
En este contexto, en nuestra Diócesis de Matamoros, convoco a las fuerzas vivas que participan en la Pastoral de la salud, para que celebremos el Encuentro Diocesano de Pastoral de la Salud el próximo sábado 20 de febrero en el Gimnasio del Colegio Colón (Calle Guerrero #950, esq. Ocampo, Zona Centro, Reynosa, Tam.), empezando a las 9:00 am, para culminar a las 1:30 pm con la Eucaristía. Sin duda alguna, este encuentro será una buena oportunidad para reflexionar sobre el servicio cristiano que prestamos a los enfermos y cómo podemos mejorar nuestra entrega a Cristo sufriente.
Que María, Madre de la Misericordia, nos ayude a mostrar el Rostro Misericordioso de Dios, Jesucristo, Nuestro Señor.
Dado en la Sede Episcopal de Nuestra Señora del Refugio de Pecadores, en H. Matamoros, Tamaulipas, mes de febrero de 2016, Año de la Reflexión Doctrinal, y de la Misericordia.
+Ruy Rendón Leal
Obispo de Matamoros