Una oración llena de confianza
Eclesiástico 35,12-14.16-18
2 Timoteo 4,6-8.16-18
Lucas 18,9-14
Nos hemos dado cuenta en los últimos domingos, que la oración es uno de los temas predilectos para el Evangelista Lucas; recordemos que San Lucas viene de un ambiente pagano, él no es de familia judía. Las escrituras del antiguo testamento son una novedad incomprensible dentro del mundo pagano.
Lucas que viene del paganismo comienza a descubrir la fe cristiana y finalmente se bautiza, se convierte en discípulo de Jesucristo y está durante mucho tiempo cerca de uno de los más grandes predicadores de todos los tiempos, el apóstol San Pablo. Esta fue la formación de San Lucas. Para una persona con ese itinerario, la oración cristina es una enorme novedad al igual que para nosotros que hemos sido bautizados desde niños y para los que hemos vivido en lugares rodeados de gente inmensamente católica, hemos visto lo que es valorar la fe cristiana, y que hoy tal vez nuestra fe no la estamos valorando como creyentes de Cristo que somos. Tal vez no estemos valorando algo fundamental para nosotros: la oración.
Resulta que la oración, es una completa novedad, porque la oración en realidad vienen a superar todo aquello que formaba parte del culto pagano, los paganos no podían saber lo que significa esta oración que es apertura del corazón de Dios y de mi corazón o tu corazón; saber que Dios abre su corazón y tiene atento su oído a nuestras peticiones. La oración que tenían los paganos era solo la oración de negocio, lo único que se podía hacer con los supuestos falsos dioses, lo único que se podía hacer era negocio, pagarles para recibir su protección, los sacrificios que se ofrecían en los templos de Atenas o de Roma, eran sacrificios para aplacar a los dioses, para implorar su benevolencia, podríamos decir que era para sobornarlos.
Una persona que ha conocido la realidad y que de pronto descubre al Dios de la misericordia, al Dios que es compasivo, se maravilla, se fascina ante el regalo de la oración y esto es lo que le sucedió a San Lucas. San Lucas se maravilló de la oración y por eso esto es lo que abunda en las lecturas de éstos últimos domingos, lo que abunda en el evangelista que estamos escuchando en este año litúrgico, como en su otro libro llamado Hechos de los Apóstoles. En los dos libros, la oración es algo fundamental, hoy por ejemplo encontramos que la oración tiene un atractivo especial en el corazón de Dios cuando se trata de los más necesitados, de los pobres, de los que sufren , de los que no cuentan, esos que a los ojos del mundo no tienen nada que ofrecer; esos son valiosos ante Dios, porque precisamente en la medida en que cuentan con menos auxilios humanos se refugian con mayor fervor en el Señor y esa oración llena de mayor entusiasmo y amor el corazón de Dios. Que nuestra oración crezca, esa oración humilde, llena de confianza.
Pbro. José María Hernández Muñoz