Feliz Año 2015
“Al empezar este nuevo año elevamos a Dios nuestro Señor una plegaria fervorosa pidiéndole el don de la paz, para el mundo, para nuestro país, para nuestros pueblos y ciudades”. Reflexión de Mons. Ruy Rendón para el 01 de enero de 2015.
“El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz”
Tres importantes temas de reflexión nos sugiere la liturgia de este primero de enero: en primer lugar la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios; en segundo lugar, la Jornada mundial de la paz; y, por último, el año nuevo 2015 que iniciamos.
El título de “María, Madre de Dios” es el título más antiguo dado a la Santísima Virgen María. En verdad ella es la Madre de Dios puesto que es madre de Jesús, el Dios hecho hombre. Su prima Santa Isabel cuando la recibe en su casa le dice: “¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a verme?”. Llamarle “madre de mi Señor”, significa “madre de mi Dios”. María es pues Madre de Dios Hijo. Y a ella nos encomendamos en este inicio de año, teniendo presente que a través de su poderosa intercesión recibiremos, de parte de Jesús, muchas bendiciones.
Cada primero de enero la Iglesia celebre una Jornada especial por la paz del mundo. Por este motivo, al empezar este nuevo año elevamos a Dios nuestro Señor una plegaria fervorosa pidiéndole el don de la paz, para el mundo, para nuestro país, para nuestros pueblos y ciudades. No olvidemos que la paz es un don de Dios que exige esfuerzo personal y social, así como también un serio compromiso en la construcción de ambientes más fraternos. Empecemos por nosotros mismos y por los que nos rodean. Desterremos del corazón la ira, la animosidad, el rencor, el odio y la venganza. Seamos hombres y mujeres pacíficos, recordemos que el Señor llama bienaventurados a los constructores de la paz.
Por último, el inicio del año 2015 nos da la oportunidad de proponernos, con esperanza, nuevos planes y proyectos. Empecemos el año con una actitud optimista y positiva. Consideremos que el ser pesimistas y negativos en nada nos ayuda. Si a lo largo de este año nos mostramos más alegres, con más confianza en Dios, en los demás y en nosotros mismos, sin duda será un excelente año.
Que María Santísima, la Madre del Hijo de Dios, interceda por nosotros; y que
El Señor nos bendiga y nos guarde, ilumine su rostro sobre nosotros y nos sea propicio, nos muestre su rostro y nos conceda la paz. Amén.
Con mis mejores deseos para que 2015 sea un año venturoso.
+ Ruy Rendón Leal
Obispo de Matamoros