Cada 14 de febrero se recuerda a San Valentín, patrono de los enamorados. Según la tradición, durante la persecución a los cristianos el Santo ponía en riesgo su vida para unir a las parejas en matrimonio.
Todos los santos se caracterizan por haber llevado su amor a Dios al extremo de dar su vida por Él en el prójimo. Incluso hay quienes han sido asesinados por odio a este amor, por Jesucristo y su Iglesia, los cuales son llamados mártires.
Los tres mártires San Valentín
En antiguos martirologios se menciona en la fecha del 14 de febrero al menos a tres santos de nombre Valentín, todos ellos mártires. A uno se le describe como sacerdote de Roma, a otro como obispo en Interamna (actualmente Terni). Ambos al parecer fueron martirizados en la segunda mitad del siglo III y sepultados en la Via Flaminiana, pero en diferentes lugares de la ciudad.
De ambos San Valentines se conserva algún tipo de acta, pero son de fechas relativamente posteriores y sin valor histórico. Acerca del tercer San Valentín, fuera de que fue martirizado en África junto con un cierto número de sus compañeros.
Oración de los enamorados
En mi corazón, Señor, se ha encendido el amor por una criatura que tú conoces y amas. Tú mismo me la has hecho encontrar y me la has presentado.
Te doy gracias por este don que me llena de alegría profunda, me hace semejante a Ti, que eres amor, y me hace comprender el valor de la vida que me has dado.
Haz que no malgaste esta riqueza que tú has puesto en mi corazón: enséñame que el amor es don y que no puede mezclarse con ningún egoísmo; que el amor es puro y que no puede quedar en ninguna bajeza; que el amor es fecundo y desde hoy debe producir un nuevo modo de vivir en los dos.
Te pido, Señor, por quien me espera y piensa en mí; por quien camina a mi lado; haznos dignos el uno del otro; que seamos ayuda y modelo.
Ayúdanos en nuestra preparación al matrimonio, a su grandeza, a su responsabilidad, a fin de que desde ahora nuestras almas dominen nuestros pensamientos y los conduzcan en el amor. Amén.
ACIPrensa