A las autoridades civiles y a la comunidad educativa. A los agentes de pastoral eclesial y a las organizaciones de la sociedad civil. A los responsables de los medios de comunicación y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
Los obispos de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social nos dolemos y preocupamos por la situación que se está viviendo en el país y de manera muy particular en el estado de Oaxaca. El aumento en los niveles de violencia y la confrontación social no son un problema aislado; se trata, como ya lo han señalado el propio obispo y presbiterio de la Diócesis de Tehuantepec “del resultado de años de carencias y frustraciones sociales que han padecido nuestros pueblos”. (Comunicado 19 junio 2016)
Todos los agentes de pastoral social queremos manifestar nuestra solidaridad, cercanía y apoyo con el pueblo de Oaxaca y sus pastores, especialmente con las víctimas de la violencia. Lamentamos profundamente la pérdida de vidas humanas, los heridos y detenidos nos impulsan a promover con urgencia un verdadero diálogo público que tenga el compromiso y la voluntad real para atender el conflicto, es necesario sentarse a discutir con todos los involucrados el tipo de proyecto educativo y la reforma correspondiente a la altura de las necesidades de la emergencia educativa que vive nuestro país, no puede ser propuesta de unos cuantos, es indispensable crear alianzas, tejer redes y despertar sinergías entre familia, escuela, educadores, empresarios, gobernantes, medios de comunicación e Iglesias, colocando siempre a la persona humana y su dignidad como el fundamento y destino de toda política y acción educativa. (Educar para una Nueva sociedad, CEM 2012, # 59, 60)
Estamos convencidos que es necesario promover la cultura del diálogo como forma privilegiada de contribuir con aportes desde las propias convicciones en la construcción de lo público; apostamos por reconstruir el tejido social que requiere que todas las partes se dispongan a escucharse, abrirse a la verdad y a la justicia. El Papa Francisco, en su visita a México recordaba nuestra responsabilidad como pastores para contribuir a la unidad de nuestro Pueblo favoreciendo la reconciliación de sus diferencias y la integración de sus diversidades…recordar la medida alta que México puede alcanzar si aprende a pertenecerse a sí mismo antes que a otros, de ayudar a encontrar soluciones compartidas y sostenibles para sus miserias; de motivar a la entera Nación a no contentarse con menos de cuanto se espera del modo mexicano de habitar el mundo. (Discurso en el encuentro con los obispos de México en la Catedral, 13 febrero 2016)
En esta situación tan difícil que estamos viviendo, los obispos de la CEPS les exhortamos a no dejarnos robar la esperanza (cf.E.G86) que se transforma en compromiso con el prójimo. Porque “la esperanza cristiana no es pasividad ni indiferencia, tampoco enajenación y menos huida del mundo, sino una actitud decidida para la transformación de esta historia de iniquidad.” (Exh. Past. Que en Cristo, Nuestra Paz, México Tenga Vida Digna # 234)
Enviamos nuestra palabra de aliento a todos los obispos de la Provincia Eclesiástica de Oaxaca, haciendo eco de la invitación de nuestro hermano Mons. José Luis Chávez Botello para ser sembradores, artesanos y custodios de la reconciliación y la paz en nuestras familias y comunidades. Por los obispos de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social:
+ José Leopoldo González González
Obispo de Nogales
Presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social
Cáritas Mexicana
+ Carlos Garfias Merlos
Arzobispo de Acapulco
Responsable de la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política
Comisión Episcopal para la Pastoral Social